Jajejijoju

Por fin se acaba el verano y ya teneis que volver todos a trabajar, cabrones. Al menos este año me libraré del síndrome postvacacional, del cual supongo que ya debe estar emitiendo reportajes a todas horas Antena 3 (pero de qué coño se extrañan, ¿a quien le gusta volver al trabajo? Ésos son los enfermos, a ésos es a los que hay que ayudar).
Miedo me da recomendar o publicitar siquiera esta bitácora, producto de la mente enferma de un ser mezcla de famoso ciclista colombiano e indie piojoso, todo ello trufado de un pensamiento reaccionario.
Y a ver si consigo instalar esto en el coche, porque vaya viajecito que me ha dado el Brigato.
Llevo diez dias con el tocho, y lo que me queda.

El espectáculo de Bono

Sí, es un poco ambiguo, quizá la primera imagen que te viene a la cabeza es la de nuestro católico, apostólico y romano ministro vestido de Geyperman. También. Pero me refiero más bien al que canta, ¿cómo cuadra todo ese mensaje de ayuda a los países pobres con el mercantilismo de la gira de U2? Entradas a tropecientos leuros, camisetas, etc. Y no estoy resentido por no haber conseguido ni una puñetera entrada.

Agosto

Ya que me toca trabajar en agosto y las perspectivas sociales tienen muy mala pinta este mes, me he hecho con un tocho con el que tener lectura para un rato. Se trata de El hombre sin atributos, la novela inacabada de Robert Musil, dos tomitos de ochocientas páginas cada uno que relata la "existencia sin objetivos de un antihéroe". Lo malo es que no es muy cómodo de leer en el metro...