miércoles, febrero 06, 2008
Californication
Nos vendieron Californication como una serie transgresora por su uso del sexo, con el morbo añadido de ver al agente Mulder rodeado de tetas siliconadas y borracho, y resulta que es una serie de amor, nada más. Y nada menos. Hank Moody es una especie de trasunto del Chinaski de Bukowski pero con éxito. Después de ver cómo su exitosa última novela ha sido convertida en un pastiche de Hollywood su vida va a la deriva, su ex se va a casar con otro tipo y con ella se va su hija, y para colmo de males no consigue escribir nada nuevo. Así que su vida se centra en emborracharse e intentar tirarse a todo lo que se le pone por delante. Esta primera temporada gira en torno al intento desesperado de Hank de volver con su familia, de volver a escribir, en resumen, de recuperar su vida. Todo ello trufado de sexo, situaciones complicadas y escatológicas. Doce capítulos de media hora que son auténticas joyas, sin desperdicio ninguno, y con un final francamente desconcertante. Que las tetas no os impidan ver el bosque.
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