
Para allá me fui cual tontolacámara y me aposté en un lugar privilegiado. Pero justo cuando comenzaba el espectáculo se puso a llover e hicieron aparición los paraguas, y se nos puso delante el único español de más de 80 años que mide dos metros, fíjate que suerte. Y por más que gritaba " ¡que viene Carod Rovira! ¡que viene Carod Rovira!", la gente no se dispersaba. Así que sólo pude sacar estas lamentables fotos que aquí os muestro, queridos amiguitos.

Retomando la famosa noticia de hace unas semanas, os recuerdo una bonita tradición de la ciudad del Tormes.
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