Los reyes magos me trajeron el dvd
Sell Out de los
Pixies y cuando me puse a verlo me sobrevino una intensa oleada de emoción y de recuerdos, recuerdos de cómo mi pasión por este grupo me hizo comerme un viaje a Lisboa con el único fin de verlos hora y pico en directo. Recuerdos del día en que cierto inadaptado social con una pasión desaforada por la música y por el alcohol puso en mis manos
Doolittle, el disco que debía haberlos puesto en órbita y que Kurt Cobain quería grabar cuando montó
Nirvana.
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Qué decir que no se haya dicho ya, desde la fiereza de
Debaser al pop de
Here Comes Your Man, todo está bien, hasta el español macarrónico de
Crackity Jones, el lirismo de
Monkey Gone to Heaven sigue siendo insuperable, 15 temazos que conforman el disco más accesible (y quizá el mejor) de un grupo fundamental del que bebió todo el fenómeno de Seattle.
Simplemente imprescindible.