viernes, enero 13, 2006

El cielo se nos ha caído encima

De pequeño tuve la suerte de tener un primo con una inmensa colección de Superhumor (¿os acordais?) y en la biblioteca del barrio sacaba los libros de Mortadelo, Tintín, Superlópez, Spirou y Astérix de tres en tres. Siempre he leído y releído y comprado tebeos, con seis, doce, dieciocho o veintisiete años, da igual. Nunca me han gustado los de superhéroes americanos, no encontrareis en mi casa libros de Spiderman o Los Cuatro Fantásticos. Y ayer tuve la desgracia de leer el nuevo (y espero que último) libro de Astérix, El cielo se nos cae encima. Si teneis alguna curiosidad por leerlo, no paseis de aquí.

Desde luego tras la muerte de Goscinny el nivel de la serie decayó una barbaridad. Uderzo se encargaba del dibujo y eso es lo que sabe hacer (aunque en este último hasta los dibujos son peores). No ha conseguido en ningún momento ni acercarse al nivel de los guiones de Goscinny, su finura, su ironía, sus ancronismos delirantes, pero lo de este último libro roza el absurdo.

La historia es como sigue. Un extraterrestre del planeta Dyswaltlandia llega a la aldea para evitar que otro extraterrestre malo (llamado Namga) se haga con la poción mágica y domine el universo. Mal empezamos. El bueno se parece a cierto ratón de dibujos animados y los superclones que le protegen se parecen a Suarseneger vestido de Superman. Antes de que se me olvide, su líder se llama Vush, en su planeta son todos iguales, frente a las diferencias que hay entre los galos, y su comida nacional es el perrito caliente. Todo muy sutil. El malo es como un Caballero del Zodiaco con una armadura semejante a un escarabajo, sabe artes marciales y habla como los indios de las películas. Su nave tiene cierto toque a lo Mazinger Z, sus secuaces son robots con estética de Power Ranger y se dedican a copiar todo lo que hacen en Dyswaltlandia pero carecen de sus conocimientos y técnica (os lo juro).

El resto de la historia es fácil de imaginar, les dan la poción a los dos pero no les hace efecto y tiene como efecto secundario que se vuelven gigantes y el druida cura al bueno y entre medias les dan un par de sopapos a los romanos y el bardo canta y todo termina en una gran comilona y es una puta mierda.

Así que después me puse a leer Astérix y el caldero, que me lo han traido los Reyes.

3 comentarios:

Chasky dijo...

Eres un gafapasta, luego nos quejamos de frikis.

Mancuso dijo...

Cada día q pasa t noto más envidioso d mis gafas y más abocado a ser un gafachancla de por vida

Emmanuel dijo...

jaj, no les hagas caso. Yo prefiero la frase de John Winston Ono Lennon: "Make love, not war"