Una vez, un alumno le confesó que quería leer a Shakespeare, pero se aburría. La respuesta del maestro fue tan rotunda como estridente: “¡No lo lea! Hoy usted no está para Shakespeare y Shakespeare no está para usted. ¡Si se aburre, déjelo! Hágame caso y alguna vez volverán a encontrarse. Si no se lee por placer, leer no tiene sentido.”
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1 comentario:
Viejo zorro de la Pampa cuanta sabiduría traen esas palabras.......
Y seguro que se encontraron...
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